La entrevista

Cuéntanos, José Manuel, cómo fueron tus inicios y por qué acabaste trabajando en este sector.

Aunque como oficial del Ejército de Tierra había recibido formación en inteligencia, durante mis primeros destinos fui únicamente un consumidor de diversos productos.

Todo cambio en el año 1999, cuando me hice cargo de la Sección de inteligencia de un Batallón de Infantería Independiente. En este destino, y debido a las misiones que tenía encomendadas (entre ellas la de participar con personal en despliegues internacionales) tenía que gestionar y satisfacer las necesidades de información de mi jefe y las de sus unidades subordinadas con los medios que tenía asignados, y contribuir al esfuerzo de inteligencia de la unidad superior de la que dependíamos.

En ese momento, me di cuenta de que la formación que tenía en inteligencia estaba muy orientada al combate convencional, debido a la influencia de la época de la guerra fría. Lo que entonces se aplicaba no era suficiente para proporcionar productos de inteligencia fiables en misiones como Bosnia-Herzegovina o Kosovo, en las que se entremezclaban aspectos militares convencionales, sociales, políticos, religiosos y económicos entre otros.

Era necesario aprender técnicas y procedimientos que facilitaran la elaboración de productos de inteligencia oportunos y precisos, y los conocimientos que yo tenía no bastaban. Por ese motivo empecé a buscar.

Ese año de 1999 se publicó el libro de Richards J. Heuer Jr., Psicología del Análisis de Inteligencia, el cual conseguí gracias a un amigo. Este libro supuso para mi una revolución, ya que me ayudó a identificar la necesidad de aplicar diferentes técnicas de análisis en todas las fases del ciclo de inteligencia, todo con la finalidad de proporcionar productos de inteligencia de calidad.

Aunque durante mi trayectoria profesional no siempre he estado ocupando puestos de inteligencia, a nivel personal he dedicado mucho tiempo a profundizar el tema.

 El mayor reto al que se enfrenta la inteligencia es el gran volumen de información existente que debe ser obtenida, evaluada y analizada

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Trata de definir con pocas palabras el término Ciberinteligencia.

El termino ciberinteligencia es difícil de definir con pocas palabras. Además, según la fuente, cambia la definición. Para mí, es la inteligencia elaborada en base a la información obtenida y analizada procedente del ciberespacio.

El ámbito de trabajo de la ciberinteligencia es el ciberespacio, y aglutina aspectos de OSINT, SOCMINT y ciberseguridad entre otros. Además, puede y debe tener dos enfoques: uno ofensivo y otro defensivo.

En su vertiente defensiva, más reactiva, se focaliza en la identificación de amenazas procedentes del ciberespacio y que pudieran aprovechar vulnerabilidades en los sistemas y redes. En este caso, su finalidad es proporcionar inteligencia en beneficio de la ciberseguridad.

En la vertiente ofensiva, más proactiva, la ciberinteligencia se focalizaría en la identificación y comprensión de las capacidades e intenciones de los potenciales adversarios o competidores que actúen en el ciberespacio.  En este caso, su finalidad sería proporcionar inteligencia que facilite el llevar a cabo acciones contra ellos.

Estos dos enfoques no son independientes, si no que se solapan. El determinar qué enfoque debe predominar, depende de múltiples factores, entre ellos el de la organización a la que pertenezcamos.

“Internet se ha convertido en una gran vía para intercambio de información y actividades económicas, pero la creación de este espacio multidimensional es también un lugar donde los enemigos pueden llegar a atacar con relativa impunidad” ¿A qué se debe? ¿Cuál es la solución?

En mi opinión, uno de los problemas es que los enfoques son principalmente reactivos. Es decir, muy focalizados en la implementación de medidas de seguridad en los sistemas, pero sin que, en muchas ocasiones, haya una evaluación correcta de su eficacia contra las amenazas, debido al desconocimiento que se tienen de sus capacidades e intenciones.

Es más, para cuando se identifican capacidades y procedimientos de actuación (por ejemplo, de la ciberdelincuencia) y se adoptan las correspondientes medidas de seguridad, el daño ya está hecho y los ciberdelincuentes ya están mutando y evolucionado hacia otro tipo de vectores de ataque.

La solución pasa por buscar la anticipación, y es aquí donde la inteligencia, en sentido amplio puede ayudar.

¿Se presta suficiente atención a la ciberinteligencia?

Creo que cada vez se le presta más atención y existe la voluntad de implementarla en las organizaciones, buscando ese enfoque más proactivo, combinando tecnología y analistas.

El ciberespacio es un dominio que debe ser controlado y monitorizado debido a la importancia que tiene y al gran cambio que ha supuesto en todos los ámbitos, tanto personal como profesional.

Hoy en día el ciberespacio se utiliza tanto para contactar con los amigos como para gestionar los recursos financieros o energéticos, y es fundamental para el funcionamiento de los países y el bienestar de los ciudadanos.

Esta situación facilita la aparición de nuevas oportunidades, pero también de amenazas y vulnerabilidades que tienen que ser identificadas y neutralizadas, por lo que la previsión es que la necesidad de ciberinteligencia siga creciendo.

¿Cuál es el mayor reto tecnológico que afronta la Ciberinteligencia?

Como es bien sabido, el mayor reto al que se enfrenta inteligencia es el gran volumen de información existente que debe ser obtenida, evaluada y analizada. En la mayoría de las ocasiones puede conducir a la frustración, ya que es como buscar una aguja en un pajar.

Es verdad que el desarrollo de nuevas aplicaciones de software está ayudando en esta colosal tarea, pero todavía es necesaria la intervención del ser humano, del analista.

La clave está en ser capaz de identificar qué información necesitamos que sea obtenida para elaborar un producto de inteligencia útil. A partir de aquí, el software ayuda.

Organizaciones como la NSA (National Security Agency) norteamericana son conscientes de que las capacidades de obtención se han incrementado gracias a la tecnología, pero no así las capacidades de análisis. De tal manera que solamente un porcentaje de la información obtenida es evaluada y analizada.

Este es el gran reto: incrementar a la par las capacidades de análisis.

La solución pasa por buscar la anticipación, y es aquí donde la inteligencia, en sentido amplio puede ayudar.

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¿Por qué una persona debería realizar el Máster en Ciberinteligencia?  

El Máster proporciona los conocimientos y herramientas necesarias para que cualquier persona, independientemente de su formación o especialización anterior, pueda trabajar como analista de ciberinteligencia.

Los conocimientos que se imparten en relación con software y herramientas son importantes, y de hecho ocupan una gran carga de trabajo, enseñando a los alumnos las ventajas e inconvenientes de cada uno ellos y cuándo es mejor su empleo.

Además, se les dota de conocimientos básicos de otras “INTs”, como OSINT, HUMINT o SOCMINT ya que, en muchas ocasiones, no es suficiente con la información que obtengamos del ciberespacio, si no que será necesario complementarla con información procedente de otras fuentes.

Otro aspecto importante es que se fomenta el trabajo en equipo, mediante la realización de trabajos y tareas en grupo, para que sean conscientes de que, a la hora de proporcionar un producto de ciberinteligencia, es necesario incorporar la visión y conocimientos de especialistas de distintos campos y contar con equipos multidisciplinares.

Por último, al alumno se le proporcionan los conocimientos necesarios para que sea capaz de definir las necesidades de información, obtenerla, analizarla y elaborar un producto de inteligencia oportuno, preciso, fiable y, a ser posible, predictivo. Es decir, participar en todo el proceso de elaboración de inteligencia para apoyar a la organización para la que trabaje.

Más información del Máster en Ciberinteligencia pinchando aquí.