Últimamente no dejamos de leer sobre el final del Protocolo de Internet, IPv4 y los problemas que acarreará pasar a IPv6, su “incompatible hermano mayor”.
Ya no nos acordamos de que fue un 3 de febrero de 2011, hace ahora 7 años, cuando el IANA (Internet Assigned Numbers Authority), entidad que controla la asignación global de direcciones IP, servidores raíz de nombres de dominio DNS, sistemas autónomos y otros recursos referentes a los protocolos de Internet, repartió los últimos bloques de direcciones que quedaban disponibles: